En la misma línea de volver a valorar la cultura del esfuerzo como la renombrada Doctora en Psicología de Stanford, Carol Dweck, este artículo aconseja motivar eficazmente a través de elogios concretos, ya que ayuda al niño a diferenciar lo que ha hecho bien y lo que no.
«Los niños adictos a los elogios sufren una mínima tolerancia a la frustración, dependen de la aprobación de los demás y no quieren correr riesgos, su deseo es moverse en terreno seguro, […]. Como padres, es importante reconocer en nuestros hijos el esfuerzo, el interés y la dedicación a determinados asuntos (actualmente la «cultura del esfuerzo» parece haber caído en el desuso), en lugar de decir: «¡eres un genio tocando el violín! sería interesante decir: «¡qué bien suena!, ¡se nota que has practicado!».